Pequeños empresarios de Guanacaste identificaron
oportunidades alrededor del gran desarrollo turístico y convirtieron la
tradición y cultura regionales en una buena fuente de ingresos. Comidas típicas, retahílas y teatro, artesanías representativas de la
zona y ropa se ofrecen a los turistas en hoteles y otros sitios. La mayoría de las pequeñas empresas está en manos de amas de casa que
antes no tenían ingresos. Actualmente hacen una gran contribución al
presupuesto familiar.
El programa se llama Creciendo juntos y ofrece talleres en diferentes actividades, como comidas y artesanía a vecinos de la zona. Luego de la capacitación, cada empresario en particular o en grupo desarrollan su actividad. Un grupo de mujeres, por ejemplo, desarrolló un servicio de comidas regionales para hoteles pequeños y medianos de la región.
La capacidad y experiencia en retahílas y teatro típico fue rescatado
por otra mujer que ofrece el servicio a los hoteles, estos le pagan por
cada hora y media de presentación ¢100 mil.
Atractivos. Lucy Vallejos, una ama de casa del barrio Comunidad, en el cantón de Carrillo, participó en Creciendo juntos , donde recibió con otro grupo de vecinos un curso de diferentes tipos de artesanía.
Ella decidió seguir la técnica de repujado en metal. Desarrollo
ranitas en esa técnica en diferentes colores y luego las colocó sobre
piedras del río Tempisque para ofrecer prensa papeles.
Dos atractivos para los turistas se combinan en su propuesta: las ranas
de Costa Rica y algo representativo del principal río de la región
guanacasteca.
La artesana vende su producto en hoteles de lujo como Punta Islita y Four Seasons. Vallejos dijo que otros compañeros hacen repujado en cuero, jícaras adornadas.
Los empresarios impulsan la creación de la asociación de artesanos del Tempisque, para vender en Sarchí y la Fortuna.
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